El pasado 23 de enero por invitación del Club de Lectoras Creciendo Juntas, impartí en la sala Aída Bonelly del Teatro Nacional, un taller sobre Lectura Crítica.
Las informaciones que fueron compartidas son el resultado de mi experiencia como docente de la materia Técnicas de Exposición Escrita a estudiantes de Postgrado en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra; más de una centena de talleres impartidos a nivel nacional como parte de PEN Proyecto de Escritura Nacional y el proyecto “Formación de Comunidades Lectoras” de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), donde tuve la oportunidad de enseñar a más de 300 maestros en 4 provincias del país.
Creo que hoy en día, nadie discute que la Lectoescritura es la madre de todas las competencias. Leer y escribir son las herramientas básicas del aprendizaje.
La lectura te permite adquirir casi cualquier otro conocimiento y encierra en sí misma un poder, que durante muchos años estuvo reservado a clases sociales que ostentaban el dominio económico y político, pero que luego de la invención de la imprenta comenzó a expandirse a las masas.
El autor Kenneth Goodman, en su libro «Sobre la Lectura», mencionado sobradamente a lo largo de la presentación por sus planteamientos innovadores, propone lo siguiente:
- El significado se ubica en la mente del lector.
- Se negocia y construye entre los conocimientos previos de éste y los datos aportados por el texto.
- Nunca es único, cerrado o estable: cada lector aporta su ‘conocimiento cultural’ y elabora un significado particular;
- Varios lectores construyen significados diferentes para un mismo texto; y finalmente
- Un lector comprende de modo diferente un mismo texto en lecturas sucesivas, realizadas en épocas diferentes.
Durante el taller les insistía a las alumnas que uno lee con todo lo que es, sus experiencias, sus conocimientos, los significados que ha construido a lo largo de su vida y su propia visión del mundo, a ello se debe que dos personas no pueden producir exactamente el mismo significado para el mismo texto.
Este planteamiento, si bien está probado y es aceptado por la comunidad profesional, sigue presentando importantes desafíos para los evaluadores y evaluados de pruebas estandarizadas.
Espero poder seguir compartiendo estas ideas con un público más amplio, si les interesa que su taller literario, grupo cultural o empresarial conozca sobre este tema, pueden enviarme un correo electrónico para programar un taller privado. Son muchos los usos que esta información nos ofrece.
¡Feliz lectura!