El pasado 26 de noviembre, me invitaron a participar como panelista en la tertulia que organizó la Fundación Juan Bosch junto al Ministerio de la Mujer, para reflexionar sobre el cuento “La Mujer” de Juan Bosch. La fecha es particularmente emblemática para el tema porque da inicio a los 16 días de activismo contra la violencia de género.
La sala Juan Bosch de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, estaba hermosa con la instalación de la exposición “Pongo pie en mi tierra” que educa sobre la vida familiar, política, social y yo añadiría e incluso espirtual del célebre escritor dominicano Juan Bosch.
En el encuentro compartí con queridas amigas y colegas como: Angela Hernández, María Angélica de Haza y Graciela Morales. La selección de éstas panelistas no pudo ser más atinada, pues cada una expresó puntos de vista muy originales que abordaban la obra desde la construcción literaria, social, feminista, filosófica y desde una visión profundamente humana, encaminada a apoyar la toma de consciencia sobre la necesidad de la erradicación de todas las formas de violencia contra la mujer.
A continuación les copio algunas de mis notas para la exposición realizada:
- Según el propio Juan Bosch, en su teoría “Apuntes sobre el arte de escribir cuentos” nos expresa que:
“El cuento es un género literario escueto […] y en el cuento no hay lugar sino para un tema […] el mejor tema para un cuento será siempre un hecho humano, o por lo menos relatado en términos esencialmente humanos”.
- El Cuento “La Mujer” retrata una situación profundamente humana, que nos muestra una situación de violencia doméstica ocurrida en una zona rural de la República Dominicana, pero que pudiera ser la representación de momentos similares en toda latinoamérica.
- Esta obra por lo tanto cumple con la función de apoyar la toma de consciencia sobre la violencia de género e intrafamiliar. Además nos muestra que estos fenómenos que deberían ser tristes recuerdos del pasado, continúan ocurriendo, mostrando una verdad muy dura de encarar: algunas cosas no han cambiado.
- “La Mujer” fue redactada en 1932 cuando el autor tenía 23 años. Fue publicada por primera vez en la Revista Bahoruco; en 1933 fue incluida en la opera prima de Juan Bosch: “Camino Real”.
- “La Mujer” fue traducido al francés e incluido, en noviembre de 1933, en la antología: “Les Conteurs hispano-américains”(Textos de cincuenta y dos autores, seleccionados y presentados por Georges Pillement. [París], Éditions Delagrave, “Pallas”, 1933, 432 p.). En esta antología comparte honores con escritores como Miguel Ángel Asturias (Guatemala); Rubén Darío (Nicaragua); Horacio Quiroga, entre otros.
- Según una encuesta realizada en 2019, cuyos resultados publió el autor Miguel Collado para el periódico ACENTO, “La Mujer” fue considerado el cuento más importante de Juan Bosch con un 88.89% de los votos de 100 escritores dominicanos que residen en el país y de la diáspora, para rankear los 10 mejores cuentos de Juan Bosch.
- En cuanto a la forma: el cuento posee un hondo lirismo, su técnica poética es delicada y se funde perfectamente con la técnica narrativa de una forma imperceptible para el lector;
- El lenguaje utilizado es de alto valor sensorial:
“La carretera está muerta. Nadie ni nada la resucitará. Larga, infinitamente larga, ni en la piel gris se le ve vida. El sol la mató; el sol de acero, de tan candente al rojo, un rojo que se hizo blanco. Tornose luego transparente el acero blanco, y sigue ahí, sobre el lomo de la carretera”.
- El cuento es “cinemático”o Cinematográfico. Nos muestra una película de la realidad. No hay explicaciones. No hay juicios, no hay parcialidad, no hay revictimización, es un retrato puro y sin paños tibios de una situación común en aquella época.
- Es el lector quien le imprime el juicio a la situación. El autor no participa de este proceso, solo cuenta, solo informa lo que sucede y lo hace desde afuera, sin involucrarse en la escena y nos muestra todo como si pusiéramos un dron sobre el asunto. El autor no toma partido, no es la mujer, no es el marido, tampoco es el salvador que resulta ser una nueva víctima.
- Sabemos que las decisiones que toma el autor influyen en el significado. Y el autor toma decisiones muy concretas en este cuento, por ejemplo: La mujer y el niño son los únicos personajes que no tienen nombre. Me recuerda el tema de las muñecas sin rostro.
“Todo fue porque la mujer no vendió la leche de cabra, como él se lo mandara”
“la verdad es que la bebió el niño”
“La mujer estaba tirada en el piso de tierra”
“El niño era de bronce”
- Esto no significa que Juan Bosch fuera machista. Recordemos que Juan Bosch era izquierdista, creía en la igualdad social, pero su cuento retrata una realidad machista y patriarcal. Lo natural en este mundo recreado de la narración es que las mujeres y los niños fueran invisibilizados. Recordemos que el cuento fue escrito en 1932, en esta época las mujeres dominicanas no tenían cédula de identidad, no fue sino hasta 1942 que aparece la cédula de identidad para las mujeres dominicanas.
- La mujer es cosificada en varias oportunidades: mujer-carretera; la mujer-becerro, la mujer-punto negro y la mujer-piedra.
“La mujer se veía, primero, como un punto negro, después, como una piedra que hubieran dejado sobre la momia larga”
Y hay “cosas” que son en oposición humanizadas:
“La carretera está muerta. Nadie ni nada la resucitará. Larga, infinitamente larga, ni en la piel gris se le ve vida”.
- En cuanto al fondo y los temas: “La mujer” muestra claramente el abuso de Chepe hacia su mujer. Sin importarle el niño. Con un desenlace inaudito para el lector común, que es la reacción de la mujer que termina matando a quien trata de salvarla, a este persona que es quién reivindica la imagen del hombre bueno y justo.
- La violencia intrafamiliar que muestra supone una ideología que postula la subordinación y la inferioridad de la mujer frente al hombre, pero hay que recordar que las teorías que explican este fenómeno no existían en 1932. El ciclo de la violencia tal como se describe en el cuento no había sido catalogado como tal hasta los años 70’s por Leonor Walker. El cuento es cíclico, el relato concluye como inicia. Pues así es la violencia “Cíclica” que propone la psicóloga estadounidense Walker. Este cuento en este aspecto está adelantado a su época.
“El ciclo de la violencia es un modelo desarrollado para explicar la complejidad y la co-existencia del abuso con comportamientos amorosos.”
Primera fase: se producen diversos episodios que llevan a roces permanentes, ansiedad y la hostilidad.
“Todo fue porque la mujer no vendió la leche de cabra, como él se lo mandara; al volver de las lomas, cuatro días después, no halló el dinero”
Segunda fase: la tensión que se había venido acumulando da lugar a una explosión de violencia que puede variar en su gravedad, desde un empujón hasta el homicidio.
“El marido le había pegado. Por la única habitación del bohío, caliente como horno, la persiguió, tirándole de los cabellos y machacándole la cabeza a puñetazos.
-¡Hija de mala madre! ¡Hija de mala madre! ¡Te voy a matar como a una perra, desvergonsá!”
Tercera fase: denominada “luna de miel”, en la que se produce el arrepentimiento, a veces instantáneo por parte del hombre, dándose un pedido de disculpas y la promesa de que nunca más volverá a ocurrir.
“La tierra del piso absorbía aquella sangre tan roja, tan abundante. Chepe veía la luz brillar en ella.” (¿en la tierra o la mujer?) Yo tengo una teoría de que el punto y aparte no iba ahí, sino que el cuento continuaba en un punto y seguido.
- El cierre del cuento es sorprendente aún hoy en día que hay información sobre la psicología del abuso. Imaginen el desconcierto a los 23 años de Juan Bosch por hechos como ese. Tampoco se habían establecido las teorías de distorsión cognitiva o la indefensión aprendida, o las convenciones de lucha a favor de los derechos de las mujeres. Hoy sabemos que cuando una mujer se encuentra viviendo violencia, su autoestima y su capacidad de tomar decisiones se ven minadas y no puede comprender a veces la gravedad de lo que pasa y tiende a defender a su abusador, poniéndose en un peligro mayor.
- Hay una idea que aparece sutilmente en el texto, no en palabras, sino en hechos: “en pleito de marido y mujer nadie se debe meter”. Por esto las campaña de violencia de género de los países encuentran tanta resistencia para que los terceros actúen. Pues es parte de la cultura de muchos países que estos temas son del ámbito exclusivamente privado.
- Este cuento nos recuerda que hay que continuar luchando por los derechos de las mujeres. Y seguir educando especialmente en zonas vulnerables, rurales sobre la autoestima, los derechos, el empoderamiento económico de las mujeres.
- Leer este cuento nos permite tomar partido y reconocer que la mujer es la víctima y el marido el agresor, pero en la vida real, cuando criticamos a una mujer víctima por haber “aguantado esa situación”, en vez de ayudarla, lo que hacemos es volver a agredirla, revíctimizarla, la estamos convirtiendo nuevamente en una víctima de nuestras percepciones.
- La lucha por los derechos de las mujeres, no es una lucha de mujeres contra hombres, como si fuéramos dos bandos opuestos y enemigos. Este es un llamado a la paz, a vernos como iguales en derechos y responsabilidades, a entender que podemos apoyarnos mutuamente y prosperar.
- Apoyemos la educación sobre la violencia con el fin de erradicarla, de construir un mundo más pacífico e igualitario para todos y todas.