«HEAVEN», ¿ARTE AL DESNUDO?

Con la consigna: “…cumplir con el derecho de los dominicanos de presenciar espectáculos teatrales de alta calidad que estimulen la creatividad y la imaginación.” Culminó el VI Festival de Teatro de Santo Domingo 2009.

Lamentablemente este año solo pude asistir a dos obras, la primera fue la obra colombiana: «Fernando Gónzalez, Velada Metafísica«, que debo decir consideré excelente, me encantó la temática donde resaltaba en gran medida el descontento del personaje con su país, me hizo reir, amargarme, e incluso pensé por un momento: estos colombianos se quejan tanto de su país porque no han vivido en Rep. Dominicana! Pero es que a fin de cuentas el dolor más grande siempre es el propio.

Por otro lado, y lo que constituye el verdadero contenido de este texto está: “Heaven” (Black and Blue Project: http://www.blackandbluedanceprojects.ca), esta obra canadiense me impactó desde que leí la reseña en la página del festival: “Despojados de sus ropas, los cuerpos de los bailarines hablan con una sencillez y sexualidad que impacta visceralmente.” Me tomó realmente unos minutos aceptar que en un festival popular iban a presentar una obra (Rest. 18 años) donde todos los personajes estarían desnudos y por supuesto fui a comprar mis boletas!. La función a la que asistí fue el día 22 de Junio a las 7:00 p.m. debo decir que al parecer la curiosidad y expectación no fue un asunto personal, sino generalizado porque la sala estaba a reventar.

Cuando el acto comenzó me sorprendió la naturalidad con que los personajes completamente desnudos (dos hombres y una mujer) caminaron tranquilamente por un escenario completamente iluminado hasta posicionarse en sus lugares de manera frontal. Admito que la crudeza de la presentación a veces fue bastante perturbadora, no había sombras pudorosas que cubrieran las partes más íntimas, no había tapujos, no había complejidades artísticas como velos, humo, música, los únicos sonidos que se escucharon esa noche fueron las pisadas de los bailarines y sus jadeos acompasados. Ahí frente a nosotros tres seres con el vestuario de su cuerpo al descubierto, con sus bellezas e imperfecciones humanas, incluso en un momento a uno de los bailarines se le escapó un “viento” que resonó en todo el auditorio y que provocó una risa contenida del público, pero el artista lo ignoró con toda gallardía haciendo que sus formas gimnásticas hicieran olvidar el incidente.

Me he preguntado a mí misma en varias ocasiones ¿si me gustó la obra? Me he preguntado también ¿si la entendí? Y no tengo respuesta para ninguna de las 2 preguntas.

Para la primera no sabría decir, es algo tan diferente a cualquier cosa que haya visto antes que no estoy segura de que me gustara, me dejó una sensación tan confusa en el pecho que podría considerarla casi un vacío, hubo momentos gloriosos, en que los bailarines danzaban alrededor de una luz fija en el centro del escenario que asimilé instantáneamente a una escena del génesis, donde Adán y Eva se encontraban circundando el árbol de la vida deseando encontrar la oportunidad de pecar… el tercer bailarín, bien pudo haber sido la serpiente!… Pero también hubo momentos que consideré grotescos, ya fuera por la situación representada o por el sudor profuso de los artistas que convertía las tablas en un espectáculo viscoso.

No puedo decir que odiara la obra, pero tampoco que volvería a verla. Pienso que se debe en gran medida a que retó todos mis preconceptos sobre la sexualidad, la belleza y la divinidad inclusive. Si ese era el objetivo: Bien Logrado!

La segunda pregunta pienso que fue una duda general, pues investigué entre algunos conocidos en el público y escuché versiones tan diferentes a la mía que ya me daría terror publicar lo que verdaderamente interpreté.

Debo decir que una de las cosas que más me sorprendió fue la falta de reseña de esta obra en la prensa. Realmente no creo que aquí seamos tan abiertos de mente como para que una obra de este tipo pase inadvertida, cuando en otros países la crítica se encarniza con todos los artistas que se atreven demasiado, lo que me recuerda casos sumamente famosos como el de Robert Mapplethorpe, quien antes de ser considerado como uno de los principales artistas del siglo XX, primero fue acusado por los grupos moralistas de pornográfico por haber sobrepasado por mucho lo considerado como “socialmente aceptado”, debido a que no podían ver “arte” en aquellas obras.

En Heaven se utiliza claramente abstraccionismo en la presentación convirtiéndose en el lenguaje que permite a estos bailarines manifestarse de una manera autónoma y diferente.

El arte como concepto universalmente aceptado muchos lo han definido como la manifestación de las emociones y de los sentimientos, otros lo han considerado de manera tan subjetiva que involucra no solo al creador de la obra, sino también a su espectador, y es en este punto donde al momento de su valoración artística quedará entonces la incógnita: ¿Es esto Arte al desnudo? sólo cada espectador podrá responder.